jueves, 2 de diciembre de 2010

Pánico


No sé, miedo, por qué?
Duda, pánico, desconocimiento.
Simple pasado debería ser.
Perdidos, costumbre olvido.
Amor, desamor, perdidos.
Idealización tiempo, silencio.
Un minuto de paz para pensar.
Caminar solo en un mundo sin promesas.
Ruido a silencio, sin culpas, sin vueltas.
Palabras huyen en el vacío.
Escapan pensamientos, se mienten.
Razonan, se esconden, se creen.
No las encuentro, no las busco, no las escondo, no las pienso me olvido.
No las quiero pensar.
Palabras vuelvan a olvidar.
Complejidad, resolución, dar vuelta.
Dar la espalda.
Bienvenida soledad.
Pensando en uno mismo, algo que salva,
Valerse por lo que uno es, no por lo que espera.
Ser uno mismo y nada más…

MANU-LETI-NICO.

Silencio


Una.
Solo una.
Solo una palabra.
Eterna, por siempre palabra.
Nada más, nada menos, palabra.
Desnuda, suave, violenta, violeta, afilada, palabra.
Que se suelta, se empuña, se clava.
Penetra, sudorosa, retorcida y arranca tajada a tajada.
Y la sangre recorre su cuerpo, letra por letra.
Pequeño puñal enrojecido cargado de sentido pero en una palabra.
Dejará sin vida los sujetos que le dieron vida.
Al sus costados caerán entonces las armaduras vacías.
Escrita la muerte será esa sola palabra.
Ya no habrá nada que decir.
Entre ellos reinará la incertidumbre.
Entonces saldrá a matarlos.
Aprovechará el descuido.
Palabra asesina.
SILENCIO.


Leti