Ausencia. Un mundo lleno de nada. Ni siquiera yo, ni siquiera tú.
Ausencia, sin miedos, sin culpas, lejos y cada vez más lejos de ese pasado oscuro.
Ausencia, un lugar vacío, correr y chocar con una montaña de soledad.
Caminar taciturna con los pies mojados en nostalgia.
Fango doloroso color naranja oscuro, pedregoso y rebuscado donde me gusta zambullirme en días como hoy. Solo hoy, solo por hoy.
Tomarme el tiempo y sentir las ganas de ser infeliz.
Una agonía estúpida de sentir piedad del reflejo incomprensible que desde el espejo me mira. ¿Qué soy? ¿Qué somos?
Vos, yo. Uno solo.
La conjugación perfecta del verbo ser.
Una negación inédita, un acorde incompleto. Barro. Suciedad. Pesadez. Dolor.
La fuerza que te empuja a este mundo vacío. Donde no estás tú, donde no estoy yo, donde no existe NADA.
Leti
Leti
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