Un espiralado fruncir de miradas, mientras el foco de atención se centra en dos ejes, dos ejes cuyos caminos van separados , pero paralelos… dos pares que caminan atados pero asimismo uno a veces se queda atrás y el otro corre abrazado a buscarlo u opta por seguir caminando y esperarlo, porque uno a veces necesita su tiempo para estar mal, y no hay que apurar el paso y hacer como si todo quedó allá atrás, se puede seguir caminando pero tarde o temprano la rebuscada tuerca que te torturó en aquel momento vuelve a florecer y ahí encontrás un punto, que quizás se registre como un aprendizaje… los ejes a veces se buscan , a veces se pierden, entre las ilusiones somnolientas del tiempo, pero siguen estando, y eso es lo que importa, IMPORTA QUE AQUEL ESPIRALADO FRUNCIR DE MIRADAS SE CENTRE EN ESOS DOS EJES.
Manu
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