Suave frescura de piel recién nacida
demanda de tu pecho nutriente
y al mismo tiempo reclama libertad
armado hasta los dientes.
Su llanto orada tus noches
su ausencia, te destina al insomnio
y asomada al espejo
prende estrellas
despliega gazas, jean y soles
Rezas sus rezos
entrelazando manitas tibias
sus preguntas invaden
cada tarde, cada mate
y sus silencios
aturden sueños.
Lo que te da el amor,
lo que te quita el miedo.
MBI
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