lunes, 11 de octubre de 2010

Juego de avispas

Un juego de avispas podría bajo algún punto parecer divertido, pero no fue así cuando de pronto nos descubrimos corriendo desesperados, lanzándonos al agua con un zumbido ensordecedor detrás de nosotros.

Aún me parece oler el barro de aquel pozo que fue nuestro refugio ante la picardía del más vago de todo el grupo.

Parece mentira que sean solo un fugaz recuerdo que hoy toca la puerta de este viejo y se meta de repente en mi memoria.

Parece mentira, verlos a todos corriendo en un ahogado suspiro casi sin aire intentando correr y reír al mismo tiempo.

Parece mentira que son ellos mismos que viene a buscarme, para verla a ella toda blanca, radiante dándome su mano para llevarme de regreso al pasado.

Parece mentira que todo esto sea tan real, que no hayan pasado los años y que hoy volvamos a ser niños como si en verdad ella nunca se hubiera ido. Como si su cuerpo tan tierno no hubiera sufrido los golpes de la enfermedad, como si estaría aquí y me invitara otra vez a correr por los campos, detrás de las abejas.

Leti

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