lunes, 11 de octubre de 2010

Homenaje a Severino

Sabia que mis ideas anarcas, sumadas a las de todos mis compañeros causarían la necesidad fascista de persecución, violencia, exilio y en esta última me quede… no fue allá en los tiempos de hadas ni duendes, fue allá por 1922, tiempo de monstruosidades, aun no tan atroces como las que llegué a concretar en mi época de exiliado en Argentina.

Cuando llegue al país, las ideas resurgían y fue tal resurrección que provocó la profunda necesidad de publicar mis ideas anarquistas y proliferarlas entre los obreros italianos que inmigraron Argentina por aquella época, cuyo fundamento se basaba en mi principio de no esclavitud hacia los mismos... viví varios años corriendo a escondidas, tras el paso del tiempo, mudanza tras mudanza, mientras los pensamientos seguían en mi, sin desgaste por dichas vivencias, sin desgastes por la no aceptación. Mi vida giraba en torno a mi teoría, causa por la que un día puse mi vida por defenderla. Confieso que yo fui quien provoco aquella voladura de la Embajada de Estados Unidos, malditos capitalistas, autoritarios. Aun hoy sabiendo que estoy a un paso del infierno, porque si señores, lo asumo, lo acepto, es parte de mi el accionar violento, voy a seguir proliferando lo que sostengo. Estoy aquí tras estas celdas, esto no es una carta, no es una nota, no es un reporte de lástima, no quiero que la tengan, nunca fui aceptado y no me sirve de nada serlo ahora que ya estoy muerto.

Esta demás seguir hablando, solo un llamado de atención, solo una provocación de odio… no se asusten, no voy a volver, pero si corran, porque aunque lo hagan, sigo acá…


Manu

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