El primer tipo de contacto se produce mediante la visión de un fuselaje en el cielo.
El segundo tipo de contacto se da cuando se encuentran rastros y huellas que sus naves describieron al aterrizar en los campos donde luego la cosecha se pierde por razones antinaturales.
El tercer tipo de contacto se da cuando se los ve fuera de la nave, en el Planeta Tierra.
El cuarto tipo de contacto se entiende cuando el humano interactúa con Ellos…
Me llamo David Santos, soy psicólogo y trabajo en el hospital San Pablo. Son las 7 de la mañana. Llevo varias horas aquí sentado en mi consultorio, una droga tranquilizante dando vueltas en mi estómago y en mi cabeza, un solo nombre: Thomas Dawson.
Quizá ni siquiera exista, porque no puedo dar prueba fehaciente de su existencia, solo puedo decir que esta madrugada de 25 de diciembre pasada las 2 de la mañana mientras preparaba un café ingresó al hospital en estado de shock profundo.
Sus ojos estaban desorbitados. Hablaba de manera extraña. Parecía poseer todos los idiomas del Universo, y los poseía. Estaba herido, el sentido y las formas de sus heridas indicaban que las había producido el mismo.
Lo sedé para tranquilizarlo. Le ofrecí una cama en la sala de primeros auxilios.
Por la noche este caso debería haberme resultado normal solo que este paciente no presentaba estado de ebriedad, ni drogas, parecía haber sido arrancado del mismísimo infierno.
Dude en llamar a la policía, porque pronto recuperó el conocimiento.
Aseguraba no recordar nada, ni el momento en que ingresó al hospital.
En ese instante pensé drogas.
Luego me explico que lo último que recordaba fue haber salido al patio trasero de su casa a ver los fuegos artificiales que anunciaban el nacimiento de Cristo.
No recuerdo el tiempo que intenté sacarle más información, incluso amenazando con llamar a la policía porque podría tratarse de que alguien intentó robarle, o atacarlo.
Solo obtuve de esas conversaciones más confusión.
Como último recurso decidí someterlo a hipnosis y créanme desearía no haberlo hecho nunca.
_Thomas, necesito que recuerdes el momento exacto cuando sales al jardín. Estás empujando la puerta trasera de tu hogar. Los fuegos artificiales te iluminan el rostro. Percibes el olor a pólvora quemada…
_Sí, estoy allí. Camino hacia adelante. Observo las luces prender y apagarse, pero, pero esa no se apaga. Esa luz extraña está allí quieta y me puede… me llama me atrae, no quiero caminar pero ya no articulo mis rodillas.
Esa luz me puede, no quiero subir, no me tocan. Ellos me están tocando! ¡Son horribles! ¡No me lastimen! De qué me hablan! No les entiendo por Dios!
Luego el paciente se exaltó, gritó en varias lenguas sacudiéndose y derribando todo a su paso. Pasó sus uñas por las paredes, arrancó su ropa, se golpeó saltó hacia mi, me desgarró el guardapolvo y en una voz oscura y profunda proclamó:
_¡Antes de que abras tus ojos, yo ya no estaré aquí! ¡Soldado de la fuerza más grande que está en el cielo y mensajero del terror!
Y al abrir mis ojos Thomas Dawson habitó solo en mi imaginación y en los harapos de mí guardapolvo.
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